Las organizaciones sociales creemos que es posible pensar y construir un modelo de desarrollo distinto para la Argentina. Un modelo sustentable, atento a la diversidad geográfica, económica y cultural de nuestro país, que considere a las familias campesinas y aborígenes que habitan nuestras zonas rurales y que sea discutido participativamente.

Para ello es indispensable que seamos ciudadanos informados, capaces de levantar propuestas y de exigir al Estado políticas que aseguren el respeto a los derechos de todas y todos los argentinos.

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lunes, 13 de agosto de 2007

Para no convertirnos sólo en un gran campo de Soja: Reflexiones en el Lanzamiento de la Campaña en Santa Fe

(Aporte del Boletín Digital CANOA - Agosto 2007)

Pensar en otros modelos de desarrollo del país y de integración regional también requiere preguntarnos “si nuestra única meta en el mundo pasa por ser un gran campo cultivado de soja". Este fue el tema central del panel de debate con que se dió el vamos a la campaña Soja para Hoy Hambre para Mañana en la ciudad de Santa Fe, el pasado 26 de julio.

Lo que sigue es una síntesis de la mirada aguda y crítica de Jorge Rulli (grupo Reflexión Rural) y del testimonio y denuncia de Norberto y Fabián Gómez, campesinos de Santiago del Estero. En dicho panel también aportaron sus miradas Luis Carreras (Centro Protección a la Naturaleza), Sandra Gallo (Canoa – Red Amuyen) y Ma. Eugenia Tedín (INCUPO – Red Amuyen).

"Hemos extraviado la soberanía alimentaría
por la libertad de los transgénicos"
JORGE RULLI (Grupo Reflexión Rural)

"Para arrancar creo que deberíamos pensar que la SOJA es un sistema y no es una planta. Yo he tenido la posibilidad de pensar y revisar las miradas de la Argentina y la región del MERCOSUR. Porque repensar el sistema de la soja, tiene que ver con querer darle contenido a esta democracia vacía y para romper con el rechazo histórico de la ciudad hacia la cuestión rural. Yo he visto como la mayoría de los intelectuales argentinos se han quedado afuera del pensamiento global por dejar de lado lo rural.
Hemos descubierto con los compañeros que la mayoría de los argentinos han dado por cierto que el modelo agroexportador es el modelo de economía que "nos corresponde". Y no es así. Entonces ¿por qué tenemos un modelo de agroexportación? y lo tenemos porque nosotros salimos de la dictadura con una enorme deuda externa y teníamos que pagar el endeudamiento con divisas y la única forma de procurar esas divisas era venderles a quienes tenían los dólares.

Eso que pasó de golpe y nos olvidamos de que el objetivo de producir soja era para pagar la deuda y ahora nos convertimos en una colonia proveedora de materia prima, concretamente de forrajes, y para ser mas sangrientos permitimos que nuestra población indigente, desocupada del campo, (que conforma el 80 % de los desocupados del cordón de Buenos Aires) coma Soja.

En estos días nos hemos enterado con gran tristeza que el ministro Mujica del Uruguay, esta muy preocupado por diseñar maquinarias arrastradas con caballos, para que los minifundistas del Uruguay también puedan sembrar soja. Y uno dice: cómo nos lavaron la cabeza, cómo nos trastocaron el alma, para que alguien que fue “Tupamaro” piense de esa manera. Parece muchas veces que nos cuesta entender que la lucha no es contra el imperialismo yanquee y que el problema de la escala es muy importante. El minifundista tiene que lograr el diseño de un modelo que lo libere, no tiene que repetir el modelo de la gran escala. Eso es lo que ha pasado en la Argentina donde ha habido una competencia atroz por la soja y donde el humilde chacarero quiso competir con las bestias y ha quedado en el camino. Y tuvieron que malvender sus tierras y así la soja se fue implantando en manos de los que tenían más capitales y fueron desplazando a los otros no sólo por la propiedad de la tierra, porque el negocio no es tener tierra propia, el negocio es arrendarle a los demás.

Nosotros venimos de modelos golpeados que nos desbastaron y eso hizo que aceptáramos y le demos la bienvenida al modelo de la soja,y esto en otros países es inconcebible. Esto no pasó en ningún lugar del mundo, pasamos de un día a otro a comer soja trangénica sin saber qué es lo que estábamos comiendo. Pasamos a comer soja transgénica sin respeto por los derechos que nos cabían de comer lo que siempre hemos comido. Hemos abandonado nuestro patrimonio alimentario, un derecho que los europeos han sabido defender; la papa que nosotros comemos, en Italia no se le da de comer ni a los cerdos.

Y esta discusión viene atada a un debate sobre el rol de la ciencia y de las universidades que han estrechado vínculos e intereses con la industria y con el mundo empresarial, alejándose de un pensamiento crítico y transformador de un estado de cosas que concentra riquezas. Porque los tipos se van infiltrando en las universidades, para establecer un polo vía tecnológico con las universidades, para que se alíen con las empresas de las que ellos son parte y esto pasa acá en nuestras universidades. Y nos intimidamos frente a los científicos cuando en realidad estos científicos son unos farsantes. Y lo peor es que por años nos han dicho que la ciencia nos va a permitir liberarnos de la enfermedad, del hambre, de la muerte, sin embrago vamos hacia una debacle científica, entonces lo que hay que discutir es el rol de la ciencia, y el rol de la universidad.

Nosotros hemos extraviado la soberanía alimentaría, hemos aceptado el rol de proveedor de transgénicos y ahora además vamos a fabricar maquinaria y biotecnología, semillas transgénicas, para otros países más pobres que nosotros. O sea una escala intermedia en las perchas del gallinero: unos nos cagan y nosotros cagamos a otros.

Este modelo es un campo sin agricultores y una ciudad mantenida desde las retenciones a la soja".



"La lucha por la tierra es también
una lucha por el agua y por la vida"
NORBERTO Y FABIÁN GÓMEZ,
Campesinos de Santiago del Estero

"Venimos de una comunidad del Departamento Sarmiento que se encuentra ubicado al Suroeste de la Provincia de Santiago del Estero. Dentro de nuestra comunidad estamos viviendo 17 familias, todas campesinas.

Nosotros a mediados del año 2003 empezamos a tener problemas con la tierra, dado que esas tierras fueron pasando de generación en generación, hasta que en el 2003 apareció un supuesto dueño de las tierras que empezó usurpar nuestras posesiones, y venia siempre acompañados de policías, y nos amenazaba constantemente para que nos vayamos. Y desde el primer momento nos organizamos para defender la tierra de forma pacifica. Dentro de las tierras hacemos distintas actividades, (ganado, siembra). Pero estos personajes siguen amenazando y en diversas situaciones hemos sido detenidos y maltratados por la policía sin una orden policial. Pero esto no nos pasa a nosotros solamente en Santiago del Estero, pasa en toda la provincia; es un problema mayor el de la usurpación de la tierra los campesinos. En estos momentos junto con el apoyo de algunas ONG estamos intentando la titularización de las tierras.
Nuestro gran problema como campesinos es el tema del agua. Nuestra única fuente de agua es a través de la lluvia, no tenemos agua potable, para conseguir agua potable debemos hacer 80 km.

Cada familia dentro de la comunidad tiene su pozo y su represa para ir sobreviviendo. Y nosotros vemos que llegan unas personas que se hacen poseedoras de varias hectáreas, que las limpian tumbando grandes montes, desaprovechando muchas cosas, con el sólo objetivo de la soja. Y de esa manera muchos campesinos tienen que dejar sus tierras e irse a pueblitos y ciudades donde no consiguen trabajo y la vida se hace muy difícil de golpe, llegan a robar para darle de comer a sus familias, mientras en el campo crece la soja. Por último creo que esto es una pequeña escala de un modelo de exclusión que se repite en toda la provincia, por eso es que debemos organizarnos, diversificando la producción y seguir avanzando".